Serie "Origen / New Babylon"
I.
Veo un paisaje, un valle. El río que atraviesa la ciudad.
Entro en él. Al ángulo preciso por donde traza sus planes el sol.
Vuelvo a ver. Antes de cualquier origen o nombre, de conquista alguna.
Antes de posibles hombres, de azarosas vestiduras.
De la cruda muerte. De los primeros arrebatos y amoríos.
O la huerta abundante y ancha en la tierra primitiva.
II.
Aguas que escurren la montaña venida del magma. Y bajan.
Fluyen imperiosas al encuentro de las mareas de su fuente mayor.
El retorno de un viaje bello y redondo como pupilas en llamas.
Aquí estuvo el río. Aquí permanecerá.
Torrente vital, fuerte y voluptuoso; Que silencia puentes, calles y metales estridentes.
Calma a la ciudad nocturna. La enmudece en su pasar de los tiempos.
III.
¡Qué caudal fabuloso!. Columna hábil, sólida canción rocosa.
Cuenca-laberinto de pájaros hechos de bruma gélida: gris, cortina misteriosa.
Otros nítidos, como el azul ardiente del verano.
IV.
Río caprichoso, que viene a doblegar la vorágine constante de quienes no lo ven.
No vagan - sólo pasan- habitando su no paisaje.
Su no lugar. Vacío. Hilos por bordar.
Otro camino puede haber. Otros.
Esta masa de blancos y negros y de letras agolpadas, es el espejo de otros.
Es cristal del ojo despierto y ávido.
Que juega con los calces de la luz, todos los días.
Y recuerda.
Y en las noches vaga buscando su sombra fiel. Y olvida.
(Obra fotográfica intervenida con texto. 22 objetos de cristal templado. 800 x 30 cms.)